Paseo de Gracia

domingo, janeiro 22, 2006

Maritere parte II - os gatos

Antes ainda do nascimento da minha sobrinha os pais, principalmente o pai, que deve ter imenso medo de gatos, questionou a presença dos mesmos em casa da minha cunhada (que tem dois, a Piscas e o Tobias). Pensaram inclusive em pedir a algum veterinário para eutanasiar os bichos. Vamos lá ver: que mal fizeram os bichos? É completamente ilegal matar um bichinho saudável, mesmo se estiver doente, a eutanásia é o último dos últimos recursos. Por favor, minha gente, comecem a ter respeito pelos animais! É perfeitamente compreensível o medo destes pais, o temor que têm pela proximidade das afiadas unhas do gato da sua bébé. Ora aí está a primeira coisa a fazer: pedir ao veterinário que lhe corte as unhas.

Eu e o meu marido, que é veterinário, estivemos a pesquisar... Não conhecemos nenhum caso de nenhum gato que atacou um bébé. Alguém conhece? Se sim, contem-nos. Lembro-me de uma fotografia da minha mãe, com 2 meses, no berço. Aos pés da minha mãe estava a Fani, um dos 3 gatos que a minha avó tinha em casa e sempre teve!! E olhem que teve 6 filhos!

Não há razão para que o gato não tenha uma convivência pacífica e agradável com o filho, a mesma ou melhor do que a que tem com os pais.


A propósito deste tema, há truques e aspectos que temos de ter em conta. Apresento-vos o resumo de um artigo de uma web de comportamento animal, Iams.com (em espanhol, sorry):

- De acuerdo con los especialistas, las primeras manifestaciones de nerviosismo gatuno se aprecian durante el embarazo, cuando la pareja muestra su preocupación, no por la mascota sino por el bebé que va a nacer. El gato tiene capacidad para percibir los cambios hormonales que provienen del cuerpo de la mujer embarazada. Por ello, se siente afligido, nervioso y se desestabiliza. En esos momentos requiere de una caricia, un refuerzo positivo por parte de sus dueños.

- Una recomendación muy útil es permitir que el gato entre en contacto con los muebles y demás objetos nuevos que se adquieran para el cuarto del bebé. Permítale olerlos, dar una vuelta por la habitación para que se familiarice con el espacio y llegue a considerarlo parte de su hábitat. Por supuesto, habrá restricciones en cuanto a sus entradas al cuarto del recién nacido por medidas de seguridad pero ya no le será extraño. Algo muy común, cuando el gato asume una actitud positiva, es que comience a restregarse por los muebles. De esta manera demuestra su actitud amistosa. En ese momento, no le grite ni lo aleje bruscamente de la habitación ya que sólo revertirá el efecto positivo y le hará sentir excluido sin causa aparente. Más bien acarícielo, desvíe su atención dándole alguno de sus juguetes y háblele apaciblemente.

- Una vez en casa, no aleje al bebé. No encierre al minino en una habitación por miedo a que reaccione negativamente con el recién nacido. Esto podría dar pie a una crisis de celos. Permita que el gato, bajo su supervisión, se acerque al niño. Mientras lo observa con curiosidad, acarícielo para que se sienta querido. No lo obligue a salir si se esconde, él saldrá cuando sienta que no hay peligro alguno en el ambiente. Puede premiarlo o reforzarlo positivamente con una galletica. Así, asociará la presencia del niño con un hecho agradable. Cuando el animal corre a esconderse apenas ve al niño, tiene que dejarlo. Quizás la criatura lo asusta o su llanto lo pone nervioso.

- La mayoría de los gatos son dignos de confianza alrededor de los bebés, luego de superar su etapa de celos, especialmente si se le ha acostumbrado a no utilizar a la gente como juguetes. Sin embargo, nunca debes dejar un bebé sin supervisión alrededor de ningún animal.

- Destine un lugar tranquilo y apartado para su nueva mascota y establezca los límites para la interacción. Al igual que no debe permitir a su mascota tener libre acceso al cuarto del bebé, su hijo tampoco deberá tener libre acceso a la "casa" de la nueva mascota. Las interacciones deberán ser limitadas y supervisadas, en especial durante los primeros meses. Una vez que el niño y la mascota se sientan cómodos uno con el otro, invente juegos para que ambos participen.

- Los característicos movimientos repentinos y los gritos agudos de un niño que recién comienza a caminar pueden hacer que su perro se excite o agite demasiado. Por lo tanto, es importante continuar observando las interacciones cuidadosamente. Muchas mascotas adoran a los niños y soportarán una gran cantidad de alboroto pero es mejor comenzar a establecer los límites del juego. Leer a su hijo libros sobre animales puede ayudarlo a comprender que las mascotas también tienen sentimientos.

Miau, tenho dito.