En Barcelona, de vez en cuando, estoy en medio de una peli. Voy por el metro y hay personajes, ambientes, cruzo los pasillos para hacer el transbordo y hay un chico tocando musica clásica, o rock, como hoy. Con bastante calidad. Siempre me avergonzo por no poder darles la moneda que buscan, y no puedo mirarlos a los ojos.
Otro día en el tren de cercanías, entraron dos mujeres rumanas con respectivos bebés pendientes. Y respectivo oro, en dientes.
Una de ellas empezó a cantar una canción muy familiar. Es una canción de pedir dinero, de dar pena, pero la canta con mucho gusto, y tan afinada, y con una letra tan curiosa, una mezcla entre español y rumano. Esta misma mujer u otra igual, con un bebé y la misma voz, canta todos los domingos a las 10 de la mañana en mi barrio. Va paseandose y las personas le tiran monedas de los balcones... me despierta con pena y buena voz, aunque sea mala en su vida "particular", me despierta con buena voz. Pedir como un ritual.
Muy diferente esta musica del acordeón "tortura" de los otros rumanos. Los que tocan la misma musica 100 veces al dia, una de ellas en el bar delante de mi casa...
Imagen: Festival de Musica en el Metro de Barcelona, Diciembre 2004
